La conocida como Directiva anti “greenwashing” para el empoderamiento de los consumidores» impone una serie de obligaciones a productores y vendedores de productos para proteger a los consumidores del llamado «blanqueo ecológico» o «greenwashing». La aprobación de la directiva debería, pues, ayudar a consumidores y usuarios a tomar decisiones más sostenibles y a aumentar la confianza en la información y en las etiquetas ecológicas.